Tarta de queso fresco

Ingredientes: Un queso fresco de 250 gr (de los «medianitos) / una lata pequeña de leche condensada / 250 gr de nata / 5 huevos

Primero batimos los huevos con la batidora. Añadimos el resto de ingredientes y batimos todo con la batidora (o la máquinita que tengamos) hasta que quede una crema fina. Hay que procurar que el queso no quede en grumos sino homogéneo con en la crema.

Vertemos en un molde de silicona. No debemos preocuparnos por la presentación, porque después se podrá desmoldar perfectamente (al menos a mi me ocurre así). Horneamos a 180º (arriba y abajo) unos 30 minutos. Estará hecho cuando pinchemos con un palito y salga limpio.

Ahora viene el truco: cuando esté listo no lo saques del horno. Apaga el horno y déjalo con la puerta entreabierta para que la tarta no se baje. Si lo sacamos y se enfría rápidamente, se vendrá abajo y perderá el volumen que ha obtenido. Si esto ocurriese no debemos preocuparnos, porque aún estará bueno pero menos espectacular.

Cuando ya esté frío el horno (habrá pasado un buen rato) lo desmoldamos en un plato bonito y lo cubrimos con mermelada del sabor que más nos guste (arándanos es lo clásico, pero de fresas está muy rico 😉 ). Enfriamos en la nevera y ¡¡¡»A comer»!!!

Original de Sonia aquí.